Es bueno darlo todo?: Las matemáticas de las Fortalezas y las Debilidades
humberto@beeon.co
En mi experiencia corporativa de más de 30 años y en los programas de formación que hago con nuestros clientes, he escuchado frases como: “vamos a dar el 200%!”.
¿El 200%?
La verdad es que nadie puede dar más que su 100%, que significa dar todo lo que tenía para dar. Si alguien puede dar más es porque no está dando su 100% y aún le queda más para dar.
Si dar el 100% es darlo todo, ¿es bueno darlo todo?
Veamos esta reflexión sobre las sumas y las restas en las empresas y en las relaciones en general:
Cada uno de nosotros somos una combinación de fortalezas y debilidades. Las fortalezas son todas aquellas cosas para las que somo buenos, muy buenos, porque sabemos cómo hacerlas y/o porque se nos facilita aprenderlas. Las debilidades son todas aquellas cosas que no sabemos hacer bien y que se nos dificulta aprender. Cuando estamos usando nuestras fortalezas, nos sentimos entusiastas, energizados y con una sensación de confianza y seguridad, porque estamos dando lo mejor de cada uno de nosotros. Todo lo contrario, nos sucede cuando lo que usamos son nuestras debilidades.
Cuando aportas solo tus fortalezas, estás dando lo mejor de ti
Yo soy bueno para identificar, aislar y arreglar fallas de tipo mecánico y me relaja cuando puedo dedicarle tiempo a hacer esos arreglos pendientes de la casa. Por otro lado, las manualidades no me fluyen mucho y las cosas me quedan un poco descuadradas o sin la mejor estética del mundo.
Tener claro cuáles son nuestras fortalezas y cuáles nuestras debilidades es muy importante y, casi me atrevería a decir, que es una obligación, por su impacto en la generación de bienestar, valor y riqueza de la humanidad.
¿Por qué?
Aquí es donde las matemáticas entran en juego.
Imagina una relación conformada por una pareja de esposos, en la que cada uno está aportando todo lo que tiene, incluyendo todas sus fortalezas y todas sus debilidades. Cuando cada uno usa y aporta sus fortalezas, agrega valor y suma para un mayor bienestar de los dos. Cuando, por el contrario, cada uno usa y aporta sus debilidades, resta valor y disminuye el bienestar de la pareja. Por ejemplo, uno de los dos decide ayudar en el aseo de la casa, pero, como no sabe trapear bien, raya el piso y no lo deja bien limpio, por lo que la otra persona tiene que hacer la tarea de nuevo y, además, arreglar el daño. Si, en promedio, cada uno tiene una cantidad de fortalezas y debilidades similar, la suma y resta al final daría cero y no habría agregación de valor ni de bienestar.
Un mundo mejor, una empresa mejor y una relación mejor no se construyen cuando aportamos nuestra peor versión, sino, por contrario, cuando aportamos la mejor versión de cada uno de nosotros, cuando damos lo mejor que tenemos, cuando aportamos nuestras fortalezas.
Por eso, la única forma de sumar es aportar solo las fortalezas, pero ¿y qué hacemos con nuestras debilidades?
Esta es mi propuesta:
En todas las relaciones personales, laborales y de negocios, pon al servicio el 100% de tus fortalezas, únicamente. Tus debilidades ponlas al servicio de tu propio proceso personal de crecimiento y aprendizaje, para lo cual está bien buscar apoyo y acompañamiento de quienes ya saben y te pueden enseñar.
En tu equipo de trabajo, reconoce las fortalezas de cada uno y permíteles que las pongan al servicio del propósito común, animándolos a que reconozcan también sus debilidades para que se hagan cargo de sus oportunidades de aprendizaje y mejora, pero sin aportarlas al equipo y acompáñalos en ese proceso.
En tu empresa, pon al servicio de tus clientes únicamente tus fortalezas organizacionales, de forma que el producto o servicio que reciban sea el mejor y más idóneo. Tus debilidades organizacionales son para hacer programas internos para cerrar las brechas, de forma que puedas aumentar valor de forma sostenida mediante una cultura de aprendizaje permanente.
Por eso, y respondiendo a la pregunta del título de este artículo, da todo lo que tengas para dar, recordando que lo que tienes para dar son solo tus fortalezas y dones, lo mejor de ti.