La Felicidad:El camino para contener el Riesgo Psicosocial
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En Colombia, de acuerdo con la Resolución 2646 de 2008, se debe aplicar, de manera periódica y obligatoria, la batería de instrumentos de evaluación de los factores de riesgo psicosocial, que mide y cataloga los factores de riesgo en: intralaborales, extralaborales y estrés. Los riesgos intralaborales están relacionados con situaciones que se generan dentro del entorno laboral, tales como la carga de trabajo, el estilo de liderazgo de los jefes, el control y el reconocimiento y cómo estos influyen e impactan en la vida personal. Los riesgos extralaborales están relacionados con todo lo que sucede fuera del trabajo, tal como las relaciones con la familia y los amigos, la situación económica y cómo estas impactan en la vida laboral. El estrés está relacionado con la sensación de no ser capaces de responder a las exigencias en el trabajo y/o en la vida personal y sentirse sobrepasados por estas.
La norma indica que aquellos factores identificados como de riesgo medio y alto deben tener un plan de intervención, con el fin de mitigar o eliminar dichos riesgos.
Al igual que en Colombia, cada país tiene normas equivalentes, que nacen de la preocupación por la salud psicológica de los trabajadores, en especial en un mundo que se mueve a mucha más velocidad, lleno de más incertidumbre y donde el trabajo es cada vez menos físico y más mental y emocional.
Esto es más importante aun cuando vemos estudios como el de Gallup, que muestra que solo el 15% de las personas se sienten conectadas emocionalmente con sus trabajos y el resto (85%) se limitan a aportar su tiempo, pero no su energía ni su pasión. Por otro lado, La firma Imperative publicó en mayo de 2019 un estudio que muestra que es muy poco probable que ese 85% que no disfruta de su trabajo sientan plenitud en sus vidas, de manera integral.
Al combinar ambos estudios se hace evidente la necesidad de trabajar para que las personas se sientan felices y conectadas emocionalmente con sus trabajos, ya que esto no solo afecta la dimensión laboral, sino también la dimensión integral de los seres humanos. El trabajo le da sentido a nuestra vida, ya que, a través de él, servimos y aportamos al mundo. Por eso necesitamos sentirnos a gusto en nuestra labor de servicio, para sentirnos viviendo vidas llenas de satisfacción.
En la charla PERSONAS FELICES, ORGANIZACIONES SOSTENIBLES muestro un camino que ayuda a contener estos riesgos, a partir de la Felicidad laboral. A este camino lo llamo SEMBRAR FELICIDAD. Para sembrar felicidad se requiere de un terreno fértil y de semillas sanas.
El terreno fértil se refiere a la cultura organizacional que necesitan y quieren las personas hoy en día. Una cultura guiada por un propósito que inspire, apoyada más en la confianza y en la autonomía responsable que en el control, con una estructura flexible y capaz de ajustarse de forma dinámica según las circunstancias y las oportunidades, con un liderazgo basado más en la sabiduría y en la capacidad de servicio que en el poder, donde competir no sea el objetivo, sino ser cada vez más competentes para servir mejor y donde el crecimiento se da por el aprendizaje permanente.
Una cultura que sea terreno fértil, para que florezcan personas felices y puedan dar sus frutos, la deben construir todas las personas que conforman la organización. Las semillas son las personas y cuando estas están sanas y con su ADN interior original, son capaces de crecer, florecer y dar frutos extraordinarios.
Para tener semillas sanas es necesario recuperar el ADN original, el cual ha sido “modificado” por los esquemas educativos creados en el siglo 19 para preparar personas para la revolución industrial y que le dieron más importancia al conocimiento que al “conocedor”. El ADN original está representado por todas las capacidades internas que tenemos los seres humanos y que son las que nos permiten darnos cuenta de quién somos, dónde estamos y para qué vivimos; nos permiten amar, sentir emociones, crear, conectarnos con otros y con nuestro entorno y nos permiten comprender que, a través del servicio a los demás y a nuestro ecosistema, es como nos realizamos, crecemos y nos expandimos.
La cuarta revolución industrial se trata de las personas, de las experiencias y de las emociones. No se trata del conocimiento, sino del conocedor.
Es el momento de trabajar pues, desde las empresas, en “despertar” esas capacidades internas en las personas, para que reconozcan su propia capacidad de ser felices y de servir, entregando su energía y su pasión en cada cosa que hagan. Las personas, al desarrollar su capacidad de ser felices, crearán el terreno fértil para que otras personas desarrollen también su capacidad de ser felices, en un círculo virtuoso, mejorando el bienestar y la salud mental y emocional.