Si la línea de nuestras vidas fuera una superficie perfecta y no existiera ninguna fricción entre la rueda y la superficie, la rueda giraría en el mismo sitio y sin avanzar. Para que la rueda pueda avanzar es necesario que exista fricción. Así también es nuestra vida a nivel personal y a nivel laboral.
Por eso la fricción no solo nos permite avanzar, la fricción puede ser creativa.