La Fricción: El Punto de Apoyo para Avanzar
humberto@beeon.co
El mundo está muy convulsionado. Vivimos momentos enmarcados por conflictos que nacen de la fricción causada por posturas de pensamientos diferentes. Antes, nuestras posturas impactaban únicamente nuestro radio de acción, delimitado por nuestra capacidad de tener una cantidad definida de contactos presenciales. Hoy en día, las redes sociales están llevando el impacto de nuestras posturas y nuestros juicios a niveles regionales y globales muy rápidamente.
Por eso pensé que sería oportuno hablar de la fricción y cómo usarla como punto de apoyo para avanzar y construir.
Siempre creí que la fricción era algo negativo en las relaciones y que era muy importante evitarla a toda costa. De hecho, para escribir este artículo, encontré esta definición en Wikipedia, que parece ratificar mi creencia:
“La fuerza de fricción o la fuerza de rozamiento es la fuerza que existe entre dos superficies en contacto, que se opone al movimiento relativo entre ambas superficies (fuerza de fricción dinámica) o a la fuerza que se opone al inicio del deslizamiento (fuerza de fricción estática).”
Al leer esta definición, podríamos decir que toda la fricción que existe en las organizaciones es negativa porque se opone a que la organización avance.
Esta es justamente la creencia que quiero invitarte a cuestionar, para lo cual quiero que imagines una persona sobre una bicicleta, pedaleando y tratado de avanzar sobre una superficie plana. Imagina primero que la superficie tiene cero fricción (podríamos imaginar la bicicleta con llantas lisas sobre una superficie de hielo o sobre una superficie llena de aceite). En este caso, por más que pedalees y a pesar de que la rueda se mueva, la bicicleta no avanzará, ya que la rueda se deslizará en el mismo lugar y jamás podrás llegar a tu destino, generándote frustración al no ver recompensado tu esfuerzo. Por el contrario, imagina ahora que estás sobre una superficie con una fricción mayor. Al pedalear, la rueda se moverá y, gracias a la fricción con la superficie, la bicicleta podrá avanzar, permitiéndote llegar a tu destino, generándote la satisfacción de ver tu esfuerzo recompensado.
Si la línea de nuestras vidas fuera una superficie perfecta y no existiera ninguna fricción entre la rueda y la superficie, la rueda giraría en el mismo sitio y sin avanzar. Para que la rueda pueda avanzar es necesario que exista fricción. Así también es nuestra vida a nivel personal y a nivel laboral.
Por eso la fricción no solo nos permite avanzar, la fricción puede ser creativa.
¿Hay fricciones saludables y fricciones no saludable?
La fricción saludable, tanto en la empresa como en cualquier situación de la vida, es aquella que se da por diferencias entre personas que, sin embargo, comparten el mismo propósito. En las empresas, por ejemplo, es necesario y saludable la fricción que nace de las diferencias, ya que, gracias a estas, se generan ideas y planes de acción que nos llevan a mejores resultados.
Imagina que en tu empresa desean crecer las ventas aumentando la cobertura comercial en un territorio específico. Tú consideras, por tu experiencia, que la solución es contratar vendedores focalizados en las diferentes zonas del territorio; un colega está en total desacuerdo contigo, pues piensa que el camino es tener un distribuidor que reclute los canales necesarios para lograr la cobertura deseada. El nuevo empleado que contrataron en tu área, un joven muy dinámico, piensa que ninguna de las dos opciones anteriores es la correcta y que lo mejor es correr una campaña en redes sociales y tomar los pedidos en una página web y un contact centrer. Todos están aferrados a sus propuestas, el calor de la fricción aumenta cada vez más y se siente el desperdicio de energía al pasar el tiempo sin una decisión tomada.
En este ejemplo, la fricción que existe es saludable, ya que todos comparten el mismo propósito. Están de acuerdo en el resultado final que desean y solo tienen desacuerdos en cómo lograrlo.
Te sugiero estos pasos mentales para usar la fricción como punto de apoyo para avanzar:
1. Valida que estén todos de acuerdo con el propósito final que persiguen. Si están de acuerdo con el propósito, pasa al siguiente punto.
2. Acuerden cuáles deberían ser los criterios para evaluar las alternativas. Esto facilitará su elección.
3. Validar todas las opciones presentadas a la luz del propósito. Si alguna no satisface el propósito, será muy fácil que todos estén de acuerdo en descartarla y en continuar viendo solo aquellas que están en línea con el propósito. Celebra tener múltiples opciones.
4. Escucha los argumentos que sustentan cada opción presentada. Aquí puede haber información muy valiosa.
5. Explora opciones que surjan de la combinación de varias propuestas.
6. Aplica los criterios a todas las alternativas y selecciona la que resulte mejor calificada.
Llegar a acuerdos en las acciones específicas es más fácil cuando hay acuerdo en el propósito y en los criterios.
Cuando reconocemos que en una discusión no hay acuerdo en el propósito fundamental, sabemos que no es posible construir juntos, ya que existirían muchos conflictos, un altísimo desgaste energético y emocional y los ladrillos quedarían en un lugar y el mortero que los une, en otro. En ese caso, la decisión correcta es delimitar y reconocer que, para esta iniciativa en particular, lo más saludable es que cada uno busque su propósito por separado.
Valora y agradece las diferencias, mientras estén alineadas con el mismo propósito, ya que no solo son puntos de apoyo, sino los ingredientes de la fuerza creativa de tu organización.